(Haga clic en el título para ver el artículo íntegro) Durante mucho tiempo se creyó que los patagones pertenecían a una raza de gigantes pero ¿era así? Tras el descubrimiento del Estrecho de Magallanes se originó la creencia en el imaginario colectivo de la existencia de gigantes localizados en la Patagonia. A estos se les llamó patagones, atribuyéndosele este nombre a Magallanes, aunque Pigafetta, su cronista, no habla de esto. Estos patagones son descritos en el Diccionario de Autoridades del año 1737 como gentes extraordinariamente altas, como vemos, siglos después de que se produjera el descubrimiento de los mismos. Pigafetta es uno de estos cronistas que hablan de la existencia de gigantes en la Patagonia, información que se contradice con la de otro miembro de la expedición de Magallanes, Francisco Albo, quien tan solo hablaba de indios. Siguiendo el relato de Pigafetta, y por tanto la afirmación de la existencia de gigantes allende los mare, tenemos a Maximiliano Transilvano, quien era secretario de Carlos V y le escribe al Arzobispo de Salzburgo para contarle la historia del viaje de Magallanes, y en esta le relata el encuentro con los gigantes patagones. Otros autores que también escriben dando por cierto tal encuentro con gigantes fueron Pedro Mártir de Anglería y López de Gómara. Andrés de Urdanera, quien formaba parte de la expedición de García Jofre Loaisa, para colonizar las islas Molucas, relata un encuentro con los patagones, también tildándolos de personas grandes. Gonzalo Fernández de Oviedo también relata un encuentro con los patagones, describiéndolos como gigantes, protagonizado por un miembro de la expedición de Loaisa, el clérigo Johan Arizaga. Estos relatos vienen de la mano de la corona española, pero por parte de los ingleses tenemos los relatos que hablan del encuentro entre el corsario Francis Drake y los patagones. Este hecho es descrito hasta por tres autores diferentes. El primero es Francis Fletcher, capellán en la tripulación del corsario, quien habla de que lo que encontraron en San Julián, lugar donde Magallanes se había topado con los patagones, eran indios y no gigantes. Otro autor que habla sobre el encuentro de Francis Drake es Nunho Da Silva, un marino portugués que, ante el virrey de México, relató su vivencia como prisionero del corsario Drake, contando que el encuentro con los patagones acabó en enfrentamiento, y que estos eran muy altos. El último testimonio sobre este encuentro nos lo da John Drake, sobrino del famoso corsario, el cual ante la Inquisición española declaró que se habían topado con gigantes. Pedro Sarmiento de Gamboa es otro de estos marineros que, con motivo de las incursiones de Drake, va con la intención de crear colonias en el Estrecho de Magallanes, misión que fracasó, y que nos relata un encontronazo con gigantes. Otro corsario inglés, Robert Cavendish, también tuvo un encuentro con gigantes, lo que nos relata Robert Kerr. Los holandeses también afirmaron encontrarse con gigantes. Olivier Van Noort fue el primer holandés en circunnavegar el mundo y, también, a través de la obra de Robert Kerr narra un encuentro con gigantes. Unos meses antes llegó Sebald de Weert, quien también habla de gigantes. Ya en el XVII Joris van Spielbergen también nos habla de un encuentro con gigantes. En el siglo XVIII, John Narborough negó que los patagones fueran gigantes, pero el almirante John Byron, quien iba a la conquista de las Malvinas, vuelve a hablar de la existencia de gigantes. Finalmente el debate de la existencia de gigantes en la Patagonia fue finalizado cuando el capitán Wallis midió con un metro de carpintero a los patagones, observando un tamaño normal en veinte de ellos. Bibliografía: FLORES DE LA FLOR, M.A. “Un mito del Estrecho de Magallanes” El mar en la historia y en la cultura, UCA, 2013, pp. 63-77. PÉREZ DE TUDELA, C. Patagonia. Tierra de gigantes. Desnivel ediciones, 2009.
2 Comentarios
“873.3) 78:5.7 Ciento treinta y dos miembros de esta raza se embarcaron en una flotilla de barcos pequeños en el Japón y llegaron finalmente hasta América del Sur; por medio de matrimonios mixtos con los nativos de los Andes, dieron nacimiento a los antepasados de los soberanos posteriores de los Incas. Atravesaron el Pacífico en pequeñas etapas, deteniéndose en las numerosas islas que encontraron por el camino. Las islas de Polinesia eran entonces más numerosas y más grandes que en la actualidad, y estos marineros anditas, junto con otros que los siguieron, modificaron biológicamente a su paso a los grupos indígenas. Como consecuencia de la penetración andita, muchos centros florecientes de civilización se desarrollaron en estas tierras ahora sumergidas. La Isla de Pascua fue durante mucho tiempo el centro religioso y administrativo de uno de estos grupos desaparecidos. Pero de todos los anditas que navegaron por el Pacífico en aquellos tiempos lejanos, los ciento treinta y dos mencionados fueron los únicos que llegaron al continente de las Américas.”
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Julio
5/2/2023 07:31:24 pm
Bonito relato de ficción.
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